martes, 18 de octubre de 2011

Más vale pecar de culto que de vulgar

Redacción

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No dejes una línea en blanco entre párrafos.

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Cita las fuentes que has usado: autor, título, editorial, ciudad, año, páginas. Si citas una dirección de internet señala la fecha en que la has consultado, pues los textos de internet son dinámicos. No solo hay que citar los textos que se han copiado, sino también los textos que nos han inspirado, aunque no los hayamos transcrito literalmente. Por ejemplo: "Ver...".
"Por lo que he buscado"... Hablar de lo que se ha encontrado, identificando perfectamente las fuentes. "Internet" no es ninguna fuente, como tampoco lo es "La Biblioteca Nacional".
Presentar la bibliografía que se ha manejado.
La bibliografía que vale es la que está firmada por nombre y apellidos.
Citar qué edición se ha tomado. No se puede copiar de internet sin más.

Cuando imprimas, cuida que el texto no salga un poco torcido por la disposición de las hojas.

Respetar los cuatro márgenes de cualquier escrito.

Leer lo menos posible, y cuando se lee, se lee más despacio de la velocidad que se tiene al hablar con las propias palabras. Al leer, respetar escrupulosamente los signos de puntuación.


Discurso oral

Lenguaje del cuerpo: ir bien presentado, no con la camisa por fuera, no provocativo.

Sonreír.

Si se reparten fotocopias, que haya para todos.

Hablar a una velocidad que permita asimilar el contenido de lo que se dice, es decir, más despacio que rápido.
Hablar con un tono perceptible. Más vale hablar más alto de lo debido que más bajo de lo debido.

Mirar al público. No mirar mucho al papel. Más vale tener el papel en la mano que sobre la mesa y tener que agachar mucho la cabeza cuando se está de pie.

Escribe en la pizarra las palabras desconocidas.

Estructura bien tu discurso: planteamiento, nudo y desenlace.
Di qué vas a decir, dilo, di que lo has dicho.

Empezar saludando.

Evitar las coletillas verbales (bueno...esto...bueno pues... ¿no?...¿vale?... ¿sabes?) y no verbales (¿eeee?)
Las coletillas no son malas en sí mismas, sino el hecho de que se repitan.

Sintaxis: No utlices formas no personales independientes de formas personales. Es decir: "Mencionar que..." NO; "Quiero mencionar que..." SÍ". Decir... Comentaros... (NO).

No usar como transitivo lo intransitivo: contactar.
1. intr. Establecer contacto o comunicación con alguien. El domingo contactaron con él. U. t. c. tr. (No, "lo contactaron").


"El autor de lo que es la obra" (NO); "El autor de la obra" (SÍ).

"Cosas curiosas a mencionar" (NO=galicismo); "Cosas curiosas mencionables" (SÍ). Ojo con las palabras baúl: "Cosas curiosas" puede decirse de un modo más directo: "Curiosidades".

Laísmo: "La dicen".

DPD: Por su condición de adverbio, no se considera correcto su uso con posesivos: Marca de incorrección.detrás mío, Marca de incorrección.detrás suyo, etc. (debe decirse detrás de mí, detrás de él, etc.). En el habla popular de la zona andina (el Perú, Bolivia y el Ecuador) se usa con posesivos antepuestos, en construcciones precedidas de la preposición en (más raramente por): Marca de incorrección.Se colocó en su detrás. Se recomienda evitar esta construcción en el habla esmerada.

Léxico: Evitar coloquialismos: "se quita al duque de encima" (NO); "elimina al duque" (SÍ).

"Encima somete" (NO); "Además somete" (SÍ).
"El dueño les pilla" (NO); "El dueño les alcanza" (SÍ).
"La obra va de" (NO); "La obra trata de" (SÍ).
"Sale como respuesta" (NO); "Surge como respuesta" (SÍ).
"Mete historias de pastores" (NO); "Introduce historias de pastores" (SÍ).
"Se enrrollaba demasiado" (NO); "Hablaba demasiado", "Era excesivamente locuaz" (Sí).
"Sigue todo el rato" (NO); "Sigue todo el tiempo" (Sí).
"Así que bueno" "Y nada" (NO); "Por lo tanto", "En conclusión"... (Sí).
"Fomentaron un montón" (NO); "Fomentaron mucho" (SÍ).
"Estar al dedillo de lo que pasaba" (NO); "Conocer muy bien lo que pasaba" (SÍ).
"Super bonito" (NO); "Muy bonito" (SÍ).
"Ella como que duda" (NO); "Ella duda" (SÍ).

Atender a la evolución de los significados. Por ejemplo, discreción en el Siglo de Oro es sinónimo de prdencia; luego significa inmediatamente, no más tarde.
Hay que explicar los términos que ahora no están en uso, por ejemplo: "comendador".

Hablar con propiedad: "qué solución podrían meter" (NO); "qué solución podrían encontrar" (SÍ).
"El ejército español estaba inmiscuido en la guerra de África" (NO); "involucrado".
"Era muy convincente con esa idea" (NO); "Estaba muy convencida de esa idea" (Sí).
"Se encuentra a las estatuas" (NO); "Se encuentra con las estatuas" (SÍ).

Redundancias: "Más mayor", "Más posteriores".

Cacofonías: Larra narra.

Fluidez verbal: depende de la riqueza de vocabulario, que se adquiere leyendo libros enriquecedores; también depende de lo que se ensaye la intervención.

Dependiendo del tipo de público hay que explicar más o menos los términos técnicos: "culteranismo".

Contenido:

No citarse a sí mismo: "como yo digo". Buscar fuentes ilustres y solventes. Hay muchas.

Distinguir entre los datos y la interpretación de los datos.

Enmarcar cronológicamente los relatos.

Tratar de responder a las preguntas qué, quién, cuándo, dónde, por qué, cómo.

Analizar las fortalezas y las debilidades, las amenazas y las oportunidades.

Evitar obviedades: "La sociedad era muy compleja". De un discurso esperamos que nos ayude a hacer inteligible lo confuso.

Las teorías por sí mismas no valen, sino en la medida en que están argumentadas con consistencia.

"La sociedad es la responsable". Cajón de sastre que no dice nada.
"El poder corrompe". Entonces, ¿cómo lo hacemos?

domingo, 16 de mayo de 2010

Oratoria “arte de hablar con elocuencia; de deleitar, persuadir y conmover por medio de la palabra”.

Retórica y elocuencia. El primero, del griego “rhétor” (orador), “arte del bien decir, de embellecer la expresión de los conceptos, de dar al lenguaje escrito o hablado la eficacia adecuada para deleitar, persuadir o conmover” y el segundo, “facultad de hablar o escribir de modo eficaz para deleitar, conmover y persuadir”.

Aristóteles; “Arte retórica”,
Cicerón; “De la invención”, “Del Orador” y “De la Perfección Oratoria”,
Quintiliano; “Instituciones oratorias”.

Discursos de Demóstenes y Cicerón

LOS FINES DE LA ORATORIA

1. PERSUADIR: voluntad

Implica convencer a otras personas de que nuestras opiniones e ideas
son las correctas y moverlas a la acción de acuerdo con ellas.
Involucra también la motivación para que otros realicen lo que en el
fondo muchas veces no quieren hacer. Es el caso del vendedor que
busca por medio de la persuasión que los clientes se sientan
motivados a comprar sus productos o servicios. La persuasión se
orienta a la voluntad de los receptores, por ello podemos decir que
“es la actividad de convencer a nuestros semejantes para que tomen
una decisión o hagan una acción determinada”.

2. ENSEÑAR: inteligencia

Comprende la acción de transmitir, a alumnos o discípulos,
conocimientos y cultura general a través de la palabra hablada. Esta
transmisión pedagógica se realiza en sesiones académicas, debates o
incluso, en una plática común. Aquí la oratoria se orienta a la
inteligencia de los receptores, su propósito es comunicar no sólo las
noticias cotidianas sino, va más allá; transferir conocimientos de todo
tipo por medio de un emisor y/o profesor, ya sea de manera formal;
en los centros de enseñanza de diferentes niveles o, ya sea de manera
informal; esto es en el hogar, la calle o la comunidad.

3. CONMOVER: sentimientos

Involucra provocar por intermedio de la oratoria, determinados
sentimientos, pasiones y emociones en el espíritu de las personas
que escuchan nuestras palabras. El ser humano en la vida diaria llora,
ríe, se asusta, se encoleriza etc. Es decir, experimenta emociones.
Estas emociones también las puede crear un orador a través de sus
palabras siempre y cuando estas lleguen a la fibra interna del público
oyente. Si logramos conmover a nuestro público podemos cautivarlo
y comunicarle satisfactoriamente nuestros sentimientos.

4. AGRADAR:

Agradar es crear belleza con la palabra hablada; es decir, producir en
el alma ajena un sentimiento de placer con fines determinados. La
oratoria como entretenimiento se orienta al campo del sentimiento.
Por eso, cuando leemos un libro de chistes o vemos un
programa humorístico, sentimos que perdemos todo contacto con la
realidad, reímos y nos alegramos. Cuando escuchamos a un cantante,
su voz; o nos agrada o nos desagrada, lo mismo ocurre con un
conductor radial al momento de hablarnos románticamente con su
voz impostada.

Horacio:

Aut prodesse uolunt aut delectare poetae
aut simul et iucunda et idonea dicere uitae.

TIPOS DE MIEDO EN LA ORATORIA

1° MIEDO A LA PRIMERA VEZ:

2° EL MIEDO A FRACASAR:

Fracaso es manifestar como conocimiento o ciencia lo que es opinión o ignorancia.

Fracaso es no prepararse convenientemente.

Fracaso es mentir: decir lo contrario de lo que se piensa con la intención de engañar.

Fracaso es traicionar a la propia conciencia.

3° MIEDO AL QUE DIRAN:

EL METODO DE DAVID FISHMAN

Un importante artículo de David Fischman titulado: “HABLANDO
DEL MIEDO A HABLAR”, -Publicado en el diario “El Comercio”- nos grafica, objetivamente, el miedo que experimenta el común de las personas cuando se ve frente al público para transmitir un determinado discurso y la forma de neutralizarlo eficazmente. Acto seguido, reproducimos parte de él con fines pedagógicos.

ANTIDOTO PARA VENCER EL MIEDO

Piense en servir y no en pedir:

Recuerde alguna vez, en que usted le haya hecho un pedido a una
persona que tenia autoridad sobre usted y que no conocía mucho.
¿Cómo se sintió? Ahora recuerde alguna oportunidad en la que
usted quiso servir con amor y de forma desinteresada a una
persona en las mismas condiciones que la anterior. ¿Cómo se
sintió? Lo más probable es que en el primer caso tuviera miedo y
en el segundo no.
Cuando nos paramos al frente de un público, para pedir
aprobación, admiración y aceptación, nuestro ego tiene mucho que
perder. Nuestro ego entra en pánico al exponerse a una posible
tragedia, a sentirse no querido ni aceptado. En cambio cuando nos
paramos al frente del público con una actitud de servicio, el miedo
disminuye. Si nos enfrentamos al público con una actitud de
entregarle lo mejor que podemos ofrecer, de enriquecerlo y de
ayudarlo, el miedo no tiene cabida.

Prepárese:

Otro antídoto contra el miedo es prepararse. Los expertos
recomiendan decir en voz alta el discurso, por lo menos seis veces
antes de darlo. Otra cosa que contribuye a reducir el miedo es
conocer anticipadamente a nuestra audiencia ¿Quiénes son?,
¿Cuánto saben sobre el tema?, ¿Vienen obligados o por propia
voluntad?, ¿Qué preguntas pueden hacer? Como dice Malcolm
Kushner: “La audiencia es como una rosa. Si la agarras bien,
puedes disfrutar su belleza, pero si la recoges mal, te hincas”.

No pierdas la perspectiva:

Una mosca, bajo una lupa de gran aumento, parece una bestia
horripilante, pero cuando la vemos volar en su tamaño natural es
un insecto insignificante. El miedo de hacer una presentación es
similar. Lo vemos como un problema enorme, pero en realidad
debemos poner las cosas en perspectiva. Es solo una presentación
de 30 minutos o una hora ¿qué puede significar este tiempo en
una vida?

El miedo a hablar en público se basa en tigres imaginarios que
llevamos en la mente y que no tienen sustento en la realidad. Para
vencer el miedo tenemos que arriesgarnos y enfrentarlo,
aprovechando todas las oportunidades que se presenten para
hablar. Cuando lo hagamos, descubriremos que el tigre es sólo un
espejismo. Como dijo Franklin D. Roosvelt “no tenemos nada que
temer excepto al temor en uno mismo”. (David Fischman –UPC. El
Comercio, Miércoles, 9 de junio de 1,999).

EXORDIO:

Es el inicio del discurso, sirve para motivar la atención del público
hacía las palabras del orador y para dar a conocer, brevemente, en
qué consistirá el tema que se va a tratar y los objetivos que se esperan
alcanzar. Pueden utilizarse hasta cinco formas diferentes de
introducción, cada una de ellas según el público y la ocasión en que
toque pronunciarlas:

Fraseológico:

Puede iniciarse mencionando una frase célebre, un poema, las letras
de una canción o un pasaje bíblico que tenga relación con el tema a
tratarse. Por ejemplo, para un discurso sobre "El éxito" se puede
iniciar diciendo: Señores, como decía el Dr. Cristian Barnard, "El
éxito comienza con la voluntad del hombre... piensa que puedes y
podrás,… todo está en el estado mental del hombre".

Anecdótico:

El público es un grupo de personas que siempre muestran curiosidad
por conocer algo peculiar sobre el expositor o sobre el tema que se
esta presentando. Contar una anécdota de nuestra vida o sobre otra
persona suele cautivar la atención de los oyentes. Por ejemplo:
“Amigos, quiero contarles lo que me ocurrió la noche en que, en vez
de besar a mi esposa bese a su hermana gemela, ese día yo estaba…”

Humorístico:

También es valido contar un chiste u ocurrencia graciosa que tenga
relación con el tema. No siempre los discursos tienen que ser serios o
aburridos, la jocosidad le pone la chispa de vida a la exposición y
evita que el público se canse o se aburra. Ejemplo: "¿Mamá, las
pasas vuelan?" No hijito, ¿porque? "¡Ah... entonces me comí una
mosca!"

Interrogativo:

Esta introducción consiste en hacer preguntas al público sobre el
tema a abordarse, pero nunca esperar una respuesta pues las
preguntas son sólo de tipo referencial. El hacer preguntas sirve para
demostrar al público que nosotros sabemos algo que ellos no saben y
que estamos ahí para instruirlos. Ejemplo: ¿Sabían ustedes que don
José de San Martín era “drogadicto”? ¿Sabían ustedes que Ramón
Castilla nunca liberó a ningún negro?

Teatralizado:

Es una forma efectiva de llamar la atención del público y
comunicarle el tema que vamos a exponer. Se hace uso de la mímica,
expresividad corporal y mucho ingenio. Por ejemplo, salir al frente y
soltar un vaso de vidrio al suelo; éste se hará añicos pero nos dará pie
para hablar, por ejemplo, de la Ley de la gravedad, sobre la
destrucción del mundo o sobre cualquier otro tema relacionado.

DESARROLLO.-

Es la parte medular del discurso, en ella el orador desarrolla su idea
central de forma clara y detallada. En el desarrollo se explican los
argumentos en los que se basa nuestra teoría o hipótesis, también
sirve para refutar las ideas, ejemplificar una demostración y adoptar
una posición académica especifica. Algunas recomendaciones
dignas de tenerse en cuenta en el desarrollo del discurso son las
siguientes:

Estas afirmaciones corresponden al Dr. Virgilio Roel Pineda, afamado economista e historiador peruano.

• Documentarse ampliamente sobre el tema por exponer.
• Cerciorarse de la veracidad de los datos por exponer, no sea que
nos retruquen y nos hagan pasar un mal momento.
• Elaborar un pequeño esquema de las ideas para presentar.
• Citar ejemplos, anécdotas, cifras y/o casos reales relacionados
con el tema para hacerlo más didáctico.
• Y sobre todo, hacer un discurso ameno y no muy extenso.

Otras recomendaciones que nos brindan los especialistas son las
siguientes:

• Considerando el carácter inconstante de la atención, un discurso
largo puede resultar fastidioso, no debe durar más de 45 minutos.

• Si el esquema del discurso es complicado y los pasos que va a seguirse
no son claros, puede perturbar la atención de los oyentes.

• La exposición de la parte central de nuestro discurso debe poseer
un atractivo interés para los oyentes.

• El auditorio debe mantenerse atento; concentrado en nuestra
charla, esto se logra por medio de preguntas adecuadas, dinámicas grupales y dejándolo participar.

PERORATIO.-

La conclusión es la parte final del discurso, en ella el orador hace
un breve resumen de lo tratado, mencionando los puntos más
importantes de la exposición o realizando recomendaciones que se
desprenden del tema central. La conclusión es un elemento
estratégico pues lo que se dice queda sonando en los oídos del
público y tiene mayor probabilidad de quedar en la memoria. Para
efectos de conclusión y/o despedida, recomendamos las siguientes 5
formulas:

Fraseológico:

Se puede culminar mencionando una frase célebre o algunas palabras
impactantes o motivadoras. Por ejemplo: “Y ya para terminar
permítanme decirles que, ‘el éxito está compuesto de 1 % de
inspiración y de 99 % de transpiración’, Muchas gracias."

Con vivas o hurras:

Esta es una forma de conclusión que tiene por objeto dejar motivados
a los oyentes a través de su participación activa y “cantada”. Por
ejemplo: _ "Y ya para terminar, queridos amigos: ¡Viva la oratoria!”
_ ¡Viva! -contesta el público. _ “¡Viva el éxito!” _¡Viva! –vuelven a
contestar los oyentes.

Por respuesta del público:

En esta modalidad el orador hace una serie de preguntas al auditorio
para que le contesten a través de un “Si” o un “No”. Las preguntas
deben ser siempre de corte positivo. Por ejemplo: _ Señores, ¡¿somos
los mejores?! _ ¡Si! -responde el público. ¡¿Somos triunfadores?! _
¡Si! -vuelve a contestar el auditorio.

Por agradecimiento:

El orador culmina su exposición agradeciendo a los organizadores,
auspiciadores, público presente y algunas veces a los oradores que lo
antecedieron. Ejemplo: _ "Y para culminar quiero expresar mi
agradecimiento a la Cámara de Comercio por haber permitido mi
presencia esta noche... Hasta pronto"

Mixto:

Es una forma que combina indistintamente los diferentes tipos de
conclusiones existentes. Pueden mezclarse una forma fraseológica
con una de agradecimiento. Ejemplo: “Para despedirme quiero
expresar mi agradecimiento a la Universidad Nacional de Trujillo
por haberme permitido estar con ustedes y sobre todo reiterarles
aquellas palabras cristianas que dicen: ¡Sed firmes hasta el fin y
recibiréis la corona de gloria…Hasta siempre.”

MÉTODOS PARA EXPONER UN DISCURSO

De acuerdo al tipo de discurso, el fin perseguido y el estado
del auditorio, puede utilizarse una serie de métodos de eficacia
comprobada en la construcción y exposición del discurso:

El Método Inductivo:

La inducción consiste en elaborar un discurso partiendo de lo
particular hasta arribar a lo general; el conocimiento de hechos
unitarios o segmentarios hacia el conocimiento de la regla general, es
decir hacia la generalización. Si por ejemplo, quiero hablar acerca de
“El cultivo de mangos”-aspecto general-, debo iniciar mi discurso
hablando de la fruta del mango –aspecto especifico-, para de ahí
extenderme hasta el árbol, la siembra, el cuidado, el abono, etc.
hasta llegar al cultivo.

Método Deductivo:

Llamamos deducción a aquella forma de exposición en la que el
orador empieza por el aspecto general de las cosas para llegar luego,
a lo particular; también, de los planteamientos y leyes generales
hasta los planteamientos y leyes específicas. Utilizamos este método
cuando, por ejemplo, hablamos del cultivo de mangos –general-,
para luego llegar a la fruta del mango –específico-. Se inicia un
discurso sobre un planteamiento que ya conocíamos para arribar a
conclusiones específicas que aún no conocíamos.

Método Analógico:

La analogía es la relación de semejanza entre cosas distintas. Es un
razonamiento basado en la existencia de atributos semejantes en
seres o cosas diferentes. Con este método ayudamos al público a
realizar el siguiente razonamiento; “si dos fenómenos son similares,
en uno o más sentidos, factiblemente serán similares también en
otros sentidos”. Si quiero hablar de “la vida humana” puedo
hablar, por analogía, de “la vida de una flor”, compararla y
explicar sus coincidencias, para hacer más didáctica y amena mi
disertación.

a nivel de


nivel. a(l) nivel de. El significado básico del sustantivo nivel es ‘altura’ y, en sentido figurado, ‘categoría o rango’. Se usa con frecuencia en la locución a(l) nivel de, que significa, propiamente, ‘a la altura de’. Cuando se refiere a altura física, es más normal el uso con artículo (al nivel de) que sin él (a nivel de), aunque se dan ambos: «Se encontraban de nuevo al nivel de la calle» (PzReverte Maestro [Esp. 1988]); «El rostro sin sangre del jinete colgaba a nivel de los estribos» (Quintero Danza [Ven. 1991]); en sentido figurado, en cambio, es más normal el uso sin artículo: «Las voces que habían comenzado a nivel de cabo furriel fueron empinándose en el escalafón» (Arrabal Torre [Esp. 1982]). Hoy se ha extendido enormemente el uso figurado de a nivel de + sustantivo, así como el de a nivel + adjetivo. Ambas construcciones son admisibles siempre que en ellas la palabra nivel conserve de algún modo la noción de ‘altura’ o de ‘categoría u orden jerárquico’: «Han decidido establecer relaciones diplomáticas a nivel de embajada» (HdzPadilla Política [Méx. 1988]); «No existía un programa de rehabilitación a nivel nacional» (Cibeira Bioética [Arg. 1997]). Por el contrario, la lengua cuidada rechaza su empleo cuando no está presente ninguna de estas nociones y se emplea, indebidamente, con los sentidos de ‘con respecto a’, ‘en el ámbito de’, ‘entre’ o, simplemente, ‘en’: Marca de  incorrección.«A nivel de mucosas digestivas también hay gran irritación» (Arranbide/Talamoni Plaguicidas [Arg. 1992]).

Diccionario panhispánico de dudas ©2005
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

domingo, 9 de mayo de 2010

Elementos de análisis


Ofrezco algunas ideas que sirven para analizar los argumentos de un discurso.

1) La utilidad no justifica la bondad. Los beneficios económicos de las corridas de toros no bastan para convencer de su honorabilidad. También el turismo sexual produce pingües beneficios en Cuba.

2) Pros y contras. Lo honesto es analizar los pros y contras de cada cuestión, como hacían los maestros medievales en sus disputas. En este sentido, se pueden presentar objeciones que no refutan una argumentación, pero que la coloca en un contexto más amplio. Así, es evidente que es bueno cuidar la calidad y cantidad de los alimentos. Pero también es evidente que preocuparse excesivamente de la alimentación produce una hipocondría (Afección caracterizada por una gran sensibilidad del sistema nervioso con tristeza habitual y preocupación constante y angustiosa por la salud).

3) Confirmación. Pueden hallarse argumentos que lejos de refutar, confirman la tesis propuesta. Por ejemplo, el endurecimiento de la ley del menor puede corroborarse con los efectos positivos producidos por lo sucedido con las leyes contra el terrorismo.

4) Ampliación del foco. El reduccionismo siempre nos acecha. Analizar la violencia juvenil en clave de ley del menor obvia que la familia y la escuela son ámbitos imprescindibles para la prevención, el diagnóstico y la terapia de este mal personal y social.

5) Oír todas las campanas. No tiene sentido disertar sobre la bondad o maldad del velo islámico sin escuchar al menos lo que piensan de tal prenda los interesados, es decir, los que lo usan...

Puntos fundamentales

Del libro Oratoria. El arte de hablar en público de Alexander Alban.

1. Capítulos I y II

2. Capítulos V y VI

3. Capítulos VIII y IX

Del blog:

1. Manipulación del lenguaje [La revolución oculta]

2. La rebelión de las masas

viernes, 23 de abril de 2010

Manipulación del lenguaje [La revolución oculta]


De la mano de una autoridad en el tema, una aproximación a las intenciones ocultas de quienes manipulan el lenguaje

Impresionado por la devastación que produjo en Europa la última guerra mundial, el gran escritor G. Bernanos afirmó que "el mundo sólo puede salvarse si cuenta con hombres libres". Esta frase resulta sobrecogedora si pensamos que hoy día está en serio peligro la verdadera libertad humana, que es la libertad interior. No basta vivir en democracia para ser libres. Podemos disfrutar de cierta libertad de movimientos, pero no ser libres para discernir entre lo que nos conviene y lo que nos destruye, entre lo que es noble y lo que es ruin.

Manipular = manejar

Lo que hace difícil y a veces imposible en una democracia ser libres de verdad es la práctica de la manipulación de las mentes y las voluntades. Manipular significa manejar a las personas como si fueran objetos, medios para los propios fines. Pero las personas sólo se tornan manejables si se les quita el poder de pensar por propia cuenta, a base de razones sólidas. Para llevar a cabo ese despojo se cuenta hoy con muchos medios. El más poderoso es el lenguaje, usado con intención de confundir las mentes y pervertir las conductas.

Si un ministro partidario de la ley despenalizadora del aborto afirma que "la mujer tiene un cuerpo y debe concedérsele libertad para disponer de él y de cuanto en él acontezca", está utilizando el lenguaje de forma manipuladora. Da por supuesto (el manipulador nunca demuestra nada, da por supuesto lo que favorece su razonamiento) que el cuerpo es una realidad que el ser humano posee o tiene, y de la que por tanto puede disponer. Esta suposición está pulverizada por la mejor investigación filosófica desde hace casi un siglo, pero resulta atractiva para multitud de personas que desean disponer del mayor numero posible de realidades. Por si alguien descubre que tal afirmación es cuestionable, el ministro añade un término "talismán", una palabra que ha cobrado tal prestigio en la actualidad que parece inatacable, por ser considerada como fuente de todos los bienes que puede tener el hombre: la palabra libertad. Él sabía bien que con sólo ponerse a favor de la libertad iba a concitar la adhesión de millones de personas, que se dirían a sí mismas: "No te opongas a eso, que te dirán que estás en contra de la libertad y de la democracia, y quedarás fuera de juego en la sociedad actual". Efectivamente, innumerables personas y grupos -incluso de la denominada intelectualidad- celebraron la afirmación como una llamada "progresista" a la "modernización" de la vida social (las palabras entrecomilladas son también "talismán" y enceguecen a quien no está sobre aviso...).

Descubrir al manipulador

La forma de no caer en la trampa del uso manipulador del lenguaje es perder el miedo a los términos "talismán", pararse a matizarlos, y preguntarse si se puede aplicar al cuerpo humano el verbo "tener", y a qué tipo de libertad se refiere el que pide que le sea concedida a la mujer embarazada, en orden a determinar el futuro de la vida naciente. Basta percatarse de que el ser humano no "tiene cuerpo" -como tiene un lápiz, una casa, un traje-, sino que "es corpóreo" para advertir que la argumentación del ministro se cae por su base. No hace falta más que distinguir dos tipos de libertad: la de simple maniobra (hacer en cada caso lo que uno quiera) y la creativa (elegir en cada momento lo que uno debe hacer para desarrollarse plenamente como persona) para dejar al descubierto la voluntad del manipulador de confundir nuestras mentes y gobernar a su arbitrio nuestra capacidad de decisión.

José Stalin, buen conocedor de las astucias de gobierno, dejó claro el poder manipulador del lenguaje cuando afirmó que "el medio más poderoso que tienen los gobiernos para dominar a los pueblos no son las armas, sino los vocablos". Desde la atalaya de su penetrante mente filosófica, Martín Heidegger nos alerta diciéndonos que "las palabras son a menudo en la historia más poderosas que las cosas y los hechos".

Subversión de valores

Debido a ello, no podemos permitir que los jóvenes salgan de las aulas sin conocer de cerca qué es manipular, quién manipula, para qué manipula y cómo. Un joven que se adentre en el bullicio de la sociedad actual sin conocer los recursos de que disponen hoy los manipuladores -que quieren vencerle sin convencerle, dominarle sin darle razón alguna- van por la vida con los ojos cerrados, expuestos a todo tipo de engaños. Nada extraño que los jóvenes, cuando se les explican estos temas, se muestren sorprendidos y sumamente agradecidos. "Ahora -suelen decirme- ya sé a qué atenerme respecto a la manipulación política, la comercial, la cultural, la religiosa...". La caída en la trampa de las sectas destructivas y las diferentes formas de adicción -a la droga, al alcoholismo, a los juegos de azar, etc.- podría evitarse en buena medida con sólo conocer los trucos arteros de la manipulación.

Esto me llevó a consagrar tiempo y esfuerzo a la investigación de estos temas, que se hallan increíblemente poco cultivados. El resultado de este análisis es una verdadera radiografía de la sociedad actual, pues queda a plena luz la razón soterrada que explica mil y un fenómenos inquietantes: ¿por qué se difunde masivamente el erotismo banal y no el auténtico amor humano?, ¿por qué se cultiva la zafiedad y no la finura de espíritu?, ¿por qué se confunde la tolerancia con la permisividad y la independencia con la insolidaridad?, ¿por qué se invierte la escala de valores y se renuncia a buscar un sentido profundo a la vida?... Al delatar las causas de la manipulación, se descubre la relación siniestra que existe entre la "subversión de valores" y el nihilismo (doctrina según la cual la vida humana carece de un sentido último y nada en fondo vale la pena).

Si queremos orientarnos bien en la vida, debemos tener una idea clara de lo que pretenden quienes defienden ciertas doctrinas, ofrecen determinados espectáculos, propugnan tales o cuales conductas. El estudio de la estrategia manipuladora nos descubre que a menudo no se intenta que seamos felices -como suele afirmarse- sino que sirvamos a los fines del manipulador, aunque ello suponga nuestra desgracia personal.

Estar alerta ante la manipulación

Para poder organizar una defensa eficaz contra la avalancha de un fenómeno tan avasallador y solapado como es la manipulación, se requiere en primer lugar ponerse alerta, estar sobre aviso, tomar conciencia clara de que existe tal riesgo, analizar las circunstancias que lo hacen posible, los medios que moviliza y los peligros que provoca. Estar alerta equivale a no intimidarse, hacer frente al tirano, plantarle cara, instarle a tomar las cosas en serio y no hacer juegos malabares con el lenguaje.

La manipulación es un tipo de actividad cobarde. El demagogo no tiene la gallardía de presentarse de frente a plantear batalla. Quiere dominar ofreciendo la pipa de la amistad, y con malas artes lo va consiguiendo al amparo de la buena fe de las gentes. No es fácil comprender cómo pueden tener tanto éxito los demagogos. Deberían ser rechazados por cobardes. La primera reacción del pueblo debiera ser de rechazo, pero no sucede así porque el demagogo no aparece nunca ante él como cobarde, sino como arrojado. Para ello se presenta siempre en calidad de "progresista" y "avanzado"y actúa de forma contundente, incluso cuando adopta por táctica formas moderadas para infundir confianza.

Estar sobre aviso respecto a la manipulación implica, entre otras cosas, "desmitificar" los medios de comunicación. La televisión, la radio, la prensa, los espectáculos de diverso orden tienen un inmenso prestigio ante quien los ve como un poder que procede de un lugar inaccesible. Este prestigio propio de lo recóndito y poderoso convierte a tales medios en algo "mítico", entendido aquí este vocablo en el sentido de elevado, enigmático, noble. Desmitificar los medios de comunicación significa despojarlos de este halo de grandeza y verlos de forma realista como el producto de un trabajo realizado por personas concretas en unas circunstancias determinadas. El que está al corriente de lo que pasa entre bastidores -en una redacción de periódico, en un estudio de televisión o de cine...- tiene poder de discernimiento y está lejos de conceder valor automáticamente a cuanto ve y oye; lo somete todo a crítica y acepta sólo aquello que ofrece garantías suficientes de autenticidad.

Los medios de comunicación social tienen en su mano mil recursos para influir poderosamente en las gentes. Sólo quienes consiguen tomar distancia frente a ellos conservan incólume su libertad. Se cuenta que Hitler y Mussolini -afanosos de hacer sentir su presencia- utilizaban a menudo la radio para ganar ante el pueblo esa especie de ubicuidad que la misma facilita al permitir hacerse presente al mismo tiempo en los rincones más apartados, penetar en los hogares, hablar a las multitudes al oído, de modo sugerente. Esta constante presencia discreta se convierte en invasión anegante si se moviliza el poderoso recurso de la repetición, la insistencia, el volver una y otra vez sobre el tema desde ángulos distintos, con pretextos diversos, mediante entonaciones de la voz diferentes, pero siempre con la misma intención de fondo: grabar a fuego una idea en las mentes, sugerir una actitud, avivar un sentimiento, provocar una decisión, suscitar una filia o una fobia.

Alfonso López Quintás.

miércoles, 17 de marzo de 2010

LA REBELIÓN DE LAS MASAS


LA REBELIÓN DE LAS MASAS
Autor: Antonio Jurado ©
Hace ya más de setenta años de la publicación de La rebelión de las masas, la obra española más difundida en nuestro tiempo y la más conocida del filósofo español José Ortega y Gasset. La obra se comenzó a publicar en forma de artículos en 1929 en el diario El Sol y apareció en forma de libro en 1930. En ella, Ortega nos llama la atención sobre un acontecimiento terrible que comienza a asolar Europa: la aparición del hombre masa y el pleno dominio de éste sobre la esfera pública. Esta es la cuestión: “Europa se ha quedado sin moral. No es que el hombre masa menosprecie una anticuada en beneficio de otra emergente, sino que el centro de su régimen vital consiste precisamente en la aspiración a vivir sin supeditarse a moral alguna”. “El inmoralismo ha llegado a ser de una baratura extrema y cualquiera alardea de ejercitarlo”.
Si la obra fue cierta en su tiempo, hoy, tres cuartos de siglo después, podemos decir que lo es aún más. Las tesis de Ortega no han hecho sino cumplirse, y en su caracterización del hombre masa no podemos ver sino al hombre actual, dominando plenamente todas las esferas de la vida. Además, en esta misma obra se adelanta varios años al futuro y, basándose en las circunstancias de la Europa de su tiempo y en la trayectoria de los acontecimientos, vaticina la explosión de la Segunda Guerra Mundial así como que Europa estaba condenada a entenderse y unirse formando una unidad mayor en el futuro o no ser.
BREVE BIOGRAFÍA
Hablemos un poco de Ortega. Nació en Madrid en 1883 en el seno de una familia burguesa, liberal e ilustrada. Nació en un piso sobre la imprenta de un periódico, El imparcial, que dirigían sus padres, lo cual influyó mucho en Ortega, que se convertiría más tarde en un gran periodista. España vivía por aquel entonces la restauración monárquica de Alfonso XII y la regencia de María Cristina.
En 1904 se doctoró en filosofía con una tesis sobre los terrores del Milenio. Poco después fue profesor en la Escuela Superior de Magisterio y más tarde ocupó la Cátedra de Metafísica de la Universidad Complutense, donde permaneció hasta 1936. Dos veces estuvo en Alemania, donde bebió del último espíritu kantiano de la época.
Ortega y Gasset participó activamente en el gobierno de la República, si bien con el paso del tiempo fue aumentando su disconformidad con el mismo. Hasta que llegó a un punto en que, decepcionado, abandonó de lleno la política para dedicarse plenamente a la filosofía. Un caso que nos recuerda el de Platón.
Al estallar la Guerra Civil, Ortega abandonó España y viajó por varios países: Francia, Holanda, Argentina, Portugal, etc. En 1945 regresó a Madrid, y dado el enorme prestigio de intelectual con el que ya contaba, no tuvo oposición por parte del franquismo.
La actividad de conferenciante es un rasgo importante en la vida de Ortega. En 1916 y 1928 en Argentina, sus conferencias atrajeron tal cantidad de público que fue necesaria la intervención de la policía. Y en 1929 en Madrid, su curso ¿Qué es la filosofía? hizo necesario cambiar el local y trasladar el curso a un teatro debido a la afluencia masiva de público. También impartió lecciones en Estados Unidos y fue el filósofo más leído y escuchado en su tiempo. Su presencia en las letras y en el pensamiento español es decisiva.
Su filosofía ataca el racionalismo y defiende la supeditación de la razón a la vida. “La vida tiene que ser culta, pero la cultura ha de ser vital ”. Ortega fue el filósofo que dijo aquello de “ yo soy yo y mi circunstancia” , a lo que seguía “ y si no la salvo a ella no me salvo yo ”.
Murió en Madrid el 18 de Octubre de 1955.
LA REBELIÓN DE LAS MASAS
Ortega advierte en el prólogo para franceses “Ni este volumen ni yo somos políticos. El asunto de que aquí se habla es previo a la política y pertenece a su subsuelo. Mi trabajo es oscura labor subterránea de minero. La misión del llamado intelectual es, en cierto modo, opuesta a la del político. La obra intelectual aspira, con frecuencia en vano, a aclarar un poco las cosas, mientras que la del político suele, por el contrario, confundirlas más de lo que estaban. Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejia moral”.
Conviene aclarar, fuera de toda politización que pueda pensarse, que cuando Ortega arremete contra el hombre masa no se está refiriendo al obrero, ni se refiere a un determinado estrato social ni a personas que realizan trabajos que son minusvalorados hipócritamente por nuestra sociedad. El hombre masa es un tipo de hombre que se encuentra en todos los grupos sociales y en todas las categorías profesionales. Porque al hablar de hombre masa se hace referencia a una dimensión moral, más profunda e importante de la vida; se habla aquí de un estado del alma, de un alma muy dormida en el caso del hombre masa.
Un hecho muy positivo jalona nuestro tiempo: grandes cantidades de personas en el mundo occidental pueden acceder a los frutos del progreso técnico así como a formas de organización social mejores, fruto del esfuerzo de siglos. Automóviles, cines, teatros, educación, libertades personales, avances de la medicina, etc están disponibles a gran escala. Pero este hecho viene acompañado en su raíz por una enfermedad muy dañina que amenaza con anularlo completamente: el surgimiento de un nuevo tipo de hombre, un bárbaro que amenaza con socavar los cimientos de la misma civilización que le ha dado la vida, lo que Ortega llama el hombre masa.
La sociedad es, dice Ortega, una unidad dinámica de dos factores: minorías y masas. Esto constituye un hecho natural y en este sentido masa no tiene una significación peyorativa. Una sociedad puede tener una masa perfectamente sana. Lo funesto sucede, nos dice Ortega, cuando esa masa no acata su lugar original y desea realizar una función que no le es natural, como si los peces quisieran volar y las aves bucear. “Pretender la masa actuar por sí misma es, pues, rebelarse contra su destino, y como eso es lo que hace ahora, hablo yo de la rebelión de las masas”. “Delante de una sola persona podemos saber si es masa o no. Masa es todo aquel que no se valora a sí mismo- en bien o en mal- por razones especiales, sino que se siente “como todo el mundo”, y, sin embargo, no se angustia, se siente a sabor al saberse idéntico a los demás ”. Por otra parte, cuando Ortega habla de minorías, del individuo selecto, no habla del petulante que se cree superior a los demás, sino de aquel que se exige más que los demás, aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores.
Dice Ortega que la función natural de la minoría es guiar a la masa y la función natural de la masa es acatar los rumbos de la minoría. Hay que entender que la minoría no es tampoco una clase o grupo social, sino una función, de modo que a la misma se pertenece transitoriamente mientras se tienen aptitudes y actitudes mejores para desarrollar una cierta tarea. Esto es algo tan simple como que si pensamos en un aula lo natural es que el profesor enseñe a los alumnos y no los alumnos al profesor. Pues bien, lo que nos advierte alarmado Ortega es que los alumnos se han rebelado y pretenden ser ellos quienes conduzcan al profesor.
"La masa-¿quién lo diría al ver su aspecto compacto y multitudinario?- no desea la convivencia con lo que no es ella. Odia a muerte lo que no es ella”. “Lo característico del momento es que el alma vulgar, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho a la vulgaridad y lo impone dondequiera”. “La masa arrolla todo lo diferente, egregio, individual, calificado y selecto. Quien no sea como todo el mundo, quien no piense como todo el mundo, corre el riesgo de ser eliminado”. ¿Quién lo diría, en nuestras modernas sociedades, que se jactan de ser cuna de libertades y derechos individuales?
Ortega nos habla de la época del “señorito satisfecho”, la época del “niño mimado de la historia”. “Tenderíamos ilusoriamente a creer que una vida nacida en un mundo sobrado sería mejor, más vida y de superior calidad a la que consiste, precisamente, en luchar contra la escasez. Pero no hay tal”. El hombre que nace en el mundo actual lo hace con la impresión de que el mundo es fácil, sobrado, sin limitaciones trágicas, y concibe en sí mismo una sensación de dominio tal que le lleva inexorablemente a afirmarse a sí mismo tal cual es, por mediocre que sea su haber moral e intelectual. Es la época donde la opinión (doxa) toma un papel relevante. Cualquiera impone su vulgar veredicto sobre cualquier tema, aunque no se conozca nada del mismo, y se cree que esta opinión tiene el mismo grado de valía que la del que se ha tomado la molestia de pensar con detenimiento sobre el asunto. El hombre masa se caracteriza por su narcisismo, que le impide ver más allá de sus propias narices, creyendo que todo el mundo es como él, piensa y siente como él, y que el mundo es como él cree que es.
El hombre masa no reconoce instancias superiores fuera de sí mismo ante las cuales subrogar su vida. Ante lo cual nos dice Ortega: “El hombre es, tenga de ello ganas o no, un ser constitutivamente forzado a buscar una instancia superior. Si logra por sí mismo encontrarla, es que es un hombre excelente; si no, es que es un hombre masa y necesita recibirla de aquel”. “Estos años asistimos al gigantesco espectáculo de innumerables vidas humanas que marchan perdidas sobre sí mismas por no tener nada a qué entregarse”. “Vivir es ir disparado hacia algo, es caminar hacia una meta. La meta no es mi caminar, no es mi vida; es algo a que pongo ésta y que por lo mismo está fuera de ella, más allá”. “Sin mandamientos que nos obliguen a vivir de un cierto modo, queda nuestra vida en pura disponibilidad. Ésta es la horrible situación íntima en que se encuentran ya las juventudes mejores del mundo. De puro sentirse libres, exentas de trabas, se sienten vacías. Una vida en disponibilidad es mayor negación de sí misma que la muerte. Porque vivir es tener que hacer algo determinado, es cumplir un encargo-, y en la medida en que eludamos poner a algo nuestra existencia evacuamos nuestra vida”.
La tónica de vida del hombre masa es la insinceridad, el humorismo, la broma, la vida se convierte en algo trivial. “Casi todas las posiciones que se toman y ostentan son interiormente falsas”. Hoy es esto y mañana es aquello otro, aunque no se sepa muy bien por qué. La autoridad y la ley son objeto de escarnio, se le dan más facilidades a los que actúan éticamente mal que a los que hacen lo correcto, desaparece la educación y las buenas maneras en el trato social, cae el respeto a los mayores. Se tiende a hacer propensión central de la vida los deportes, la atención desmedida al propio cuerpo, los coches, etc. La falta de romanticismo en la relación con la mujer, el divertirse con el intelectual pero en el fondo no estimarlo, todo esto son signos del imperio de las masas.
Gran parte de la culpa de este ascenso del hombre masa lo tiene la ciencia, que en su proceso de avance ha hecho necesaria la progresiva especialización, la parcelación del saber en unidades cada vez más pequeñas y desconectadas de las demás, perdiendo con ello una visión global del saber humano. Y se llama diletantismo a la curiosidad por el conjunto del saber. Ortega nos dice que el prototipo del hombre masa se encuentra en el especialista, en el “experto”, que constituye algo así como un sabio-ignorante, figura desconocida anteriormente en la historia, al cual no se le puede llamar ignorante, pues conoce estrechamente una porción del universo, pero tampoco puede llamársele sabio, pues desconoce todo lo que cae fuera de su especialidad, dando por resultado a “un señor el cual se comportará en todas las cuestiones que ignora, no como un ignorante, sino con toda la petulancia de quien en su cuestión especial es un sabio” .
¿Y qué cabe decir del desprecio de la ciencia, o del cientifismo sería más correcto decir, hacia otras disciplinas como las artes, la política o la religión? Al minusvalorar estas ramas del conocimiento humano, nuestra cultura se pone en peligro a sí misma, al ignorar las reglas y peculiaridades de muy importantes parcelas del ser humano, más importantes que la misma ciencia, pues ¿De qué sirve vivir cien años si no se sabe el por qué y para qué se vive? ¿Es eso un avance realmente? ¿No sería más avance vivir en una sociedad en la que el robo moral fuese mal visto y no precisamente premiado? ¿No se vivirá más felizmente entonces?
La rebelión de las masas caracteriza en sus hojas al hombre del siglo XX. En sus páginas se advierte a un Ortega alarmado y sorprendido por lo que ve. Como un hombre que se hubiera ido en un largo viaje por lejanas tierras y al volver lo encontrara todo patas arriba, todo desordenado e invertido. ¿Qué escribiría hoy? ¿Cuál sería hoy su reacción?

jueves, 11 de marzo de 2010

lunes, 1 de marzo de 2010

¿Cómo preparo mi discurso?


¿Cuál es el tema?
¿De cuánto tiempo dispones?
¿Cuál es tu público?

¿Cúal es mi tesis?
Normalmente la tesis se descubre tras ESTUDIAR el tema, salvo que uno parta de un a priori ideológico, o de un tópico o varios al uso.

Tesis principal
Tesis secundarias

El título lo determina la tesis. Debe estar presente la tesis principal y debe ser atractivo. Pensar que, colgado de una pared, atraiga a quien lo mire.

Exordio. Hacer atractiva la tesis. Lo que voy a decir es interesante. Vale la pena que me escuches.

Narratio: Status quaestionis.

Argumentatio. Razonar mi tesis.

Peroratio. Traca final. Conclusión principal.


Ejemplo:

¿Cuál es el tema? El aborto.
¿De cuánto tiempo dispones? Diez minutos.
¿Cuál es tu público? Universitarios.

¿Cúal es mi tesis? Nadie tiene derecho a matar a un ser humano.
Normalmente la tesis se descubre tras ESTUDIAR el tema, salvo que uno parta de un a priori ideológico, o de un tópico o varios al uso.

Genética, genoma, cromosomas del óvulo fecundado por el espermatozoide.

Tesis principal. El más indefenso merece más defensa.
Tesis secundarias. Ayuda a los padres en apuros.

El título lo determina la tesis. Debe estar presente la tesis principal y debe ser atractivo. Pensar que, colgado de una pared, atraiga a quien lo mire.

Yo también tuve un día de vida.

Defiende al indefenso.
No la abandones: también es tu hijo.

Exordio. Hacer atractiva la tesis. Lo que voy a decir es interesante. Vale la pena que me escuches.
Hubo un sueño. Ya hay un negro en la casa blanca. Hubo un sueño. Ya los polacos salen y entran libremente de Polonia. Hubo un sueño. Mandela vive en libertad. Tengo un sueño: úteros sin aduanas, madres sin apartheid.

Narratio: Status quaestionis.

Argumentatio. Razonar mi tesis.

Peroratio. Traca final. Conclusión principal.
Juégate la vida. No juegues con la vida.
La vida es cosa de tres.
Estado solidario, no Estado sicario.
Vete a ver Bella.

viernes, 19 de febrero de 2010

Video de Vargas Llosa

Buscad en este enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=nh3UmjEYrjs

viernes, 8 de enero de 2010

"I have a dream"

Estoy feliz de unirme a ustedes hoy en lo que quedará en la historia como la mayor demostración por la libertad en la historia de nuestra nación.

Hace años, un gran americano, bajo cuya sombra simbólica nos paramos, firmó la Proclama de Emancipación. Este importante decreto se convirtió en un gran faro de esperanza para millones de esclavos negros que fueron cocinados en las llamas de la injusticia. Llegó como un amanecer de alegría para terminar la larga noche del cautiverio.

Pero 100 años después, debemos enfrentar el hecho trágico de que el negro todavía no es libre. Cien años después, la vida del negro es todavía minada por los grilletes de la discriminación. Cien años después, el negro vive en una solitaria isla de pobreza en medio de un vasto océano de prosperidad material. Cien años después el negro todavía languidece en los rincones de la sociedad estadounidense y se encuentra a sí mismo exiliado en su propia tierra.

Martin Luther King
Es obvio hoy que Estados Unidos ha fallado en su promesa en lo que respecta a sus ciudadanos de color
Martin Luther King

Y así hemos venido aquí hoy para dramatizar una condición extrema. En un sentido llegamos a la capital de nuestra nación para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaratoria de la Independencia, firmaban una promisoria nota de la que todo estadounidense sería el heredero. Esta nota era una promesa de que todos los hombres tendrían garantizados los derechos inalienables de "Vida, Libertad y la búsqueda de la Felicidad".

Es obvio hoy que Estados Unidos ha fallado en su promesa en lo que respecta a sus ciudadanos de color. En vez de honrar su obligación sagrada, Estados Unidos dio al negro un cheque sin valor que fue devuelto marcado "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el banco de la justicia está quebrado. Nos rehusamos a creer que no hay fondos en los grandes depósitos de oportunidad en esta nación. Entonces hemos venido a cobrar este cheque, un cheque que nos dará las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia.

Sofocante verano del descontento

También vinimos a este punto para recordarle de Estados Unidos de la feroz urgencia del ahora. Este no es tiempo para entrar en el lujo del enfriamiento o para tomar la droga tranquilizadora del gradualismo. Ahora es el tiempo de elevarnos del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el iluminado camino de la justicia racial. Ahora es el tiempo de elevar nuestra nación de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la sólida roca de la hermandad. Ahora es el tiempo de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios.

Sería fatal para la nación el no percatar la urgencia del momento. Este sofocante verano del legítimo descontento del negro no terminará hasta que venga un otoño revitalizador de libertad e igualdad. 1963 no es un fin, sino un principio. Aquellos que piensan que el negro sólo necesita evacuar frustración y que ahora permanecerá contento, tendrán un rudo despertar si la nación regresa a su rutina habitual.

No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que el negro tenga garantizados sus derechos de ciudadano. Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia.

Pero hay algo que debo decir a mi gente, que aguarda en el cálido umbral que lleva al palacio de la justicia: en el proceso de ganar nuestro justo lugar no deberemos ser culpables de hechos erróneos. No saciemos nuestra sed de libertad tomando de la copa de la amargura y el odio. Siempre debemos conducir nuestra lucha en el elevado plano de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en la violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas de la resistencia a la fuerza física con la fuerza del alma.

Esta nueva militancia maravillosa que ha abrazado a la comunidad negra no debe conducir a la desconfianza de los blancos, ya que muchos de nuestros hermanos blancos, como lo demuestra su presencia aquí hoy, se han dado cuenta de que su destino está atado a nuestro destino. Se han dado cuenta de que su libertad está ligada inextricablemente a nuestra libertad. No podemos caminar solos. Y a medida que caminemos, debemos hacernos la promesa de que marcharemos hacia el frente. No podemos volver atrás.

Pruebas y tribulaciones

Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia
MLK

Existen aquellos que preguntan a quienes apoyan la lucha por derechos civiles: "¿Cuándo quedarán satisfechos?" Nunca estaremos satisfechos en tanto el negro sea víctima de los inimaginables horrores de la brutalidad policial. Nunca estaremos satisfechos en tanto nuestros cuerpos, pesados con la fatiga del viaje, no puedan acceder a alojamiento en los moteles de las carreteras y los hoteles de las ciudades. No estaremos satisfechos en tanto la movilidad básica del negro sea de un gueto pequeño a uno más grande. Nunca estaremos satisfechos en tanto a nuestros hijos les sea arrancado su ser y robada su dignidad por carteles que rezan: "Solamente para blancos". No podemos estar satisfechos y no estaremos satisfechos en tanto un negro de Mississippi no pueda votar y un negro en Nueva York crea que no tiene nada por qué votar. No, no estamos satisfechos, y no estaremos satisfechos hasta que la justicia nos caiga como una catarata y el bien como un torrente.

No olvido que muchos de ustedes están aquí tras pasar por grandes pruebas y tribulaciones. Algunos de ustedes apenas salieron de celdas angostas. Algunos de ustedes llegaron desde zonas donde su búsqueda de libertad los ha dejado golpeados por las tormentas de la persecución y sacudidos por los vientos de la brutalidad policial. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen su trabajo con la fe de que el sufrimiento sin recompensa asegura la redención.

Vuelvan a Mississippi, vuelvan a Alabama, regresen a Georgia, a Louisiana, a las zonas pobres y guetos de las ciudades norteñas, con la sabiduría de que de alguna forma esta situación puede ser y será cambiada.

No nos deleitemos en el valle de la desesperación. Les digo a ustedes hoy, mis amigos, que pese a todas las dificultades y frustraciones del momento, yo todavía tengo un sueño. Es un sueño arraigado profundamente en el sueño americano.

El sueño

Yo tengo un sueño que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo, creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales.

Yo tengo un sueño que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad.

Yo tengo un sueño que un día incluso el estado de Mississippi, un estado desierto, sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia.

Yo tengo un sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.

¡Yo tengo un sueño hoy!

Yo tengo un sueño que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad
MLK

Yo tengo un sueño que un día, allá en Alabama, con sus racistas despiadados, con un gobernador cuyos labios gotean con las palabras de la interposición y la anulación; un día allí mismo en Alabama pequeños niños negros y pequeñas niñas negras serán capaces de unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas como hermanos y hermanas.

¡Yo tengo un sueño hoy!

Yo tengo un sueño que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada, y toda la carne la verá al unísono.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que regresaré al sur. Con esta fe seremos capaces de esculpir de la montaña de la desesperación una piedra de esperanza.

Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres.

Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios serán capaces de cantar con un nuevo significado: "Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto. Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen resonar la libertad". Y si Estados Unidos va a convertirse en una gran nación, esto debe convertirse en realidad.

Entonces dejen resonar la libertad desde las prodigiosas cumbres de Nueva Hampshire. Dejen resonar la libertad desde las grandes montañas de Nueva York. Dejen resonar la libertad desde los Alleghenies de Pennsylvania! Dejen resonar la libertad desde los picos nevados de Colorado. Dejen resonar la libertad desde los curvados picos de California. Dejen resonar la libertad desde las montañas de piedra de Georgia. Dejen resonar la libertad de la montaña Lookout de Tennessee. Dejen resonar la libertad desde cada colina y cada topera de Mississippi, desde cada ladera, dejen resonar la libertad!

Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese día cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos y cantar las palabras de un viejo spiritual negro: "¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres! Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos libres!"

Discurso de Gettysburg


Hace ocho décadas y siete años, nuestros padres hicieron nacer en este continente una nueva nación concebida en la libertad y consagrada al principio de que todas las personas son creadas iguales.
Ahora estamos empeñados en una gran guerra civil que pone a prueba si esta nación, o cualquier nación así concebida y así consagrada, puede perdurar en el tiempo. Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a consagrar una porción de ese campo como último lugar de descanso para aquellos que dieron aquí sus vidas para que esta nación pudiera vivir. Es absolutamente correcto y apropiado que hagamos tal cosa.
Pero, en un sentido más amplio, nosotros no podemos dedicar, no podemos consagrar, no podemos santificar este terreno. Los valientes hombres, vivos y muertos, que lucharon aquí lo han consagrado ya muy por encima de nuestro pobre poder de añadir o restarle algo. El mundo apenas advertirá y no recordará por mucho tiempo lo que aquí decimos, pero nunca podrá olvidar lo que ellos hicieron aquí. Somos, más bien, nosotros, los vivos, los que debemos consagrarnos aquí a la tarea inconclusa que, aquellos que aquí lucharon, hicieron avanzar tanto y tan noblemente. Somos más bien los vivos los que debemos consagrarnos aquí a la gran tarea que aún resta ante nosotros: que, de estos muertos a los que honramos, tomemos una devoción incrementada a la causa por la que ellos dieron hasta la última medida completa de celo. Que resolvamos aquí, firmemente, que estos muertos no habrán dado su vida en vano. Que esta nación, Dios mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra.

DIEZ CONSEJOS PARA ARGUMENTAR BIEN O DECÁLOGO DEL BUEN ARGUMENTADOR


1. El mejor consejo que puede darse a quien desee argumentar bien en el Derecho o en cualquier otro ámbito es prepararse bien. Picasso decía que la inspiración existe pero tiene que pillarte trabajando. De manera semejante, la habilidad dialéctica, argumentativa, existe, pero tiene que pillarte preparado, conocedor del fondo del asunto. No se puede argumentar bien jurídicamente sin un buen conocimiento del Derecho, de los materiales jurídicos, y de la teoría del Derecho, de los instrumentos adecuados para manejar aquellos materiales.

2. Hay aspectos comunes a cualquier tipo de argumentación, pero también rasgos peculiares de cada campo, de cada tipo de debate. Por ejemplo, lo que es apropiado para una conferencia (la exposición por extenso de una tesis) no lo es para el que participa en una mesa redonda: una buena presentación de la tesis que se desea defender en ese tipo de debate no tiene por qué ser una “miniconferencia”; lo importante aquí no es efectuar una exposición completa, exhaustiva, sino más bien clara, razonablemente informativa, que estimule la discusión y prepare de alguna forma para, al final, persuadir al auditorio.

3. No se argumenta mejor por decir muchas veces lo mismo, ni por expresar con
muchas palabras lo que podría decirse con muchas menos. La amplitud excesiva del discurso aumenta las probabilidades de cometer errores y corre el grave riesgo de provocar hastío en el oyente.

4. En una discusión, en un debate racional, esforzarse porque el otro tenga razón
—como alguna vez propuso Borges— parece demasiado. Pero esforzarse por entender bien lo que el otro ha dicho es una exigencia moral —en el sentido amplio de la expresión— que resulta además bastante útil como recurso retórico o dialéctico: hace más difícil que podamos ser refutados (por ejemplo, con un «yo no he dicho eso») y aumenta las probabilidades de que nuestros contendientes estén también dispuestos a entendernos bien.

5. Cuando se argumenta en defensa de una tesis, no estar dispuesto a conceder
nunca nada al adversario es una estrategia incorrecta y equivocada. Hace difícil o imposible que la discusión pueda proseguir y muestra en quien adopta esa actitud un rasgo de carácter, la tozudez, que casi nadie aprecia en los demás. No es, por tanto, un buen camino para lograr la persuasión.

6. Cuando se argumenta con otro, uno puede tener la impresión de que los argumentos de la parte contraria funcionan como una muralla contra la que chocan una y otra vez nuestras razones. Por eso, una vez probada la solidez de esa defensa, lo más aconsejable es ver si uno puede tomar la fortaleza intentando otra vía. Esa maniobra debe hacerse sin desviar la cuestión. O sea, no se trata de disparar torcido, sino de disparar desde otro lado, cambiando la posición.

7. La argumentación no está reñida con el sentido del humor, pero sí con la pérdida
del sentido de la medida. Hay ocasiones en que no es apropiado hablar en broma
(por ejemplo, del holocausto, del genocidio de un régimen militar...) y hay bromas y
bromas. Para distinguir unas de otras, el mecanismo más simple y efectivo consiste en ponerse en el lugar del que tiene que soportar la broma.

8. No se argumenta bien por hacer muchas referencias a palabras prestigiosas,
autores de moda, etc. Lo que cuenta es lo que se dice y las razones que lo avalan: la calidad y fortaleza de esas razones son responsabilidad exclusiva del que argumenta.

9. Frente a la tendencia, natural quizás en algunas culturas, a irse por las ramas
no cabe otro remedio que insistir una y otra vez en ir al punto, en fijar cuidadosamente la cuestión.

10. En cada ocasión, hay muchas maneras de argumentar mal y quizás más de
una de hacerlo bien. Este (ligero) apartamiento de la regla de la multiplicidad del error
y la unicidad de la verdad se debe a que en la argumentación las cuestiones de estilo
son importantes. Como ocurre con los autores literarios, cada persona que argumenta
tiene su estilo propio y es él el que ha de esforzarse, primero, por encontrarlo, y luego, por elaborarlo.

Manuel Atienza
Universidad de Alicante

Expresión oral: Hablar


La vida actual exige un nivel de comunicación oral tan alto como de redacción escrita. Una persona que no puede expresarse de manera coherente y clara, y con una mínima corrección, no sólo limita su trabajo profesional y sus aptitudes personales, sino que corre el riesgo de hacer el ridículo en más de una ocasión.

Varios estudios sobre el análisis del discurso oral y de la conversación señalan las estrategias que utilizan los interlocutores para comunicarse. A continuación ofrecemos un esquema teórico de expresión oral en el cual se distinguen conocimientos y habilidades. Los conocimientos son informaciones que sabemos, que tenemos memorizadas: incluyen el dominio del sistema de la lengua (gramática, léxico, morfosintaxis, etc.), pero también otros aspectos relacionados con la cultura (estructura de las comunicaciones, modelos culturales,etc.). Las habilidades hacen referencia a los comportamientos que mantenemos en los actos de expresión: las habilidades de adaptarse al tema, de adecuar el lenguaje y muchas otras.

MODELO DE EXPRESIÓN ORAL

Las comunicaciones humanas se estructuran y se fijan a partir de la repetición y de la experiencia que van adquiriendo los interlocutores. Se definen los temas de la situación, se establecen las intervenciones o los turnos de palabra y se configuran los roles. Rutinas es el nombre que se le dan a estas estructuras comunicativas, en las que habitualmente se distingue entre la información (el contenido de la transacción) y la interacción (estructura de las intervenciones). Las rutinas son absolutamente culturales y varían entre las comunidades lingüísticas porque también varían las formas de relación de las personas. El conocimiento de las rutinas permite ejercitar la primera habilidad comunicativa, que es la planificación del discurso. A partir de la experiencia que se tenga en situaciones parecidas a la que se va a producir, se puede prever lo que pasará y decidir cómo comportarnos: sobre qué temas se hablará (información) y de qué manera (interacción). Por un lado, hay que saber colaborar en la selección y en el desarrollo de los temas: iniciar un tema, ampliarlo, desviarlo hacia otro tema, acabarlo, etc. Por otro, es necesario saber dominar los turnos de palabra, es decir, saber cuándo se puede hablar, durante cuánto tiempo y cuándo se debe ceder la palabra. Respecto a este punto, Bygate [9] distingue cinco estrategias concretas:

  1. Saber tomar la palabra en el momento idóneo.
  2. Saber aprovechar la palabra (decir todo lo que toca, adecuarse a la estructura de las
  3. Saber indicar que se quiere hablar (gestos, sonidos, saludos, etc.)
  4. intervenciones, etc.).
  5. Saber reconocer las indicaciones de los demás para tomar la palabra.
  6. Saber dejar la palabra a otro.

El trabajo siguiente que realizan los interlocutores es la negociación del significado. Es un proceso de adaptación mutua donde dos discursos tienen que convergir en un único significado. Las habilidades que se utilizan suelen ser de dos tipos: la selección del nivel de explicación y la evaluación o confirmación de la comprensión. En la primera, los interlocutores tienen que escoger el grado de detalle y de desarrollo con que se van a explicar. El defecto de información provoca incomprensión, pero el exceso es reiterativo, cansa y aleja la atención de lo que es relevante. Para encontrar el grado adecuado de explicitación hay que tener nociones sobre lo que sabe el receptor y sobre lo que le interesa. En la segunda los interlocutores confirman que el nivel de explicitación es adecuado y que se ha comprendido el mensaje. Se trata de un proceso de colaboración entre emisor y receptor, en el que ambos participan activamente.

En conjunto, el nivel de explicitación del discurso afecta a la cantidad de información que da el emisor, pero también a los demás aspectos lingüísticos, como la selección gramatical y léxica. Cuanto más detallado y minucioso tenga que ser un discurso, más posibilidades hay de que se usen palabras específicas de un campo léxico o de que la sintaxis sea más compleja. Estas opciones también dependen, evidentemente, de los conocimientos lingüísticos del interlocutor. En cualquier caso, la negociación del significado está conectada, tal como se muestra en el esquema anterior, con el proceso de selección lingüística de la expresión.

El último componente de la expresión oral, que incluye habilidades específicas, es la producción real del discurso, es decir, la pronunciación de las frases y palabras que implican los significados.

En la comunicación oral, los interlocutores no siempre tienen mucho tiempo para expresar y comprender lo que se dice, a diferencia del redactor y del lector. Los intercambios verbales son rápidos e instantáneos, y a menudo es necesario relacionarlos en pocos segundos, siendo muy útiles la improvisación y la agilidad. Para adaptarse a estas dificultades los interlocutores utilizan dos habilidades: la facilitación de la producción y la compensación de las dificultades. En la primera, los emisores simplifican tanto como les resulta posible los trabajos gramaticales o condicionamientos del sistema lingüístico (oraciones, corrección, etc.). Así, simplifican la estructura de la frase (simple, yuxtapuesta o coordinada con y o pero), hacen muchas elipsis (frases incompletas, información implícita, códigos no verbales, etc.), utilizan fórmulas y expresiones fijadas por la rutina correspondiente (hace buen tiempo, ¿cómo estamos?, etc.), repiten muletillas (quiero decir, bien, etc.) o hacen pausas diversas. En conjunto, buscan la prosa gramatical más económica y rápida. Lo hacen para librarse de la tarea más mecánica y superficial (producción), para poderse dedicar a las demás (valorar, hacer planes o seleccionar). En la segunda, los emisores refuerzan su expresión y ayudan al receptor a comprender lo que dicen. Por estos motivos, a menudo se autocorrigen a medida que van hablando (afinando y puliendo el significado que en la primera expresión no había resultado perfectamente ajustado), repiten los puntos más importantes (para dar oportunidad al que escucha), resumen lo que dicen y lo reformulan con otras palabras, utilizando ejemplos y comparaciones (con la finalidad de usar expresiones distintas que resulten más comprensibles). En conjunto, el emisor intenta compensar las dificultades de la comunicación oral con redundancias o repeticiones de la información.

A causa de estas circunstancias la interacción oral tiene una textura lingüística (frases inacabadas, anacolutos, repeticiones, muletillas, etc.) diferente de la del texto escrito y de la estructura lógica de la frase que indican los libros de gramática, y que puede parecer incorrecta o pobre para algunos docentes. Hay que entenderla como una característica normal de la expresión, y no como un error o un síntoma del imitaciones gramaticales del alumno. Todos hablamos de esta manera, a no ser que estemos haciendo una exposición formal preparada con antelación.

Finalmente, el esquema incorpora la habilidad de la autocorrección gramatical a partir de las reglas de la normativa sobre gramática y pronunciación. Es la habilidad que permite fijarse en la forma del discurso y corregir algún error que se haya cometido: una incorrección léxica, una palabra mal dicha, etc.

Este conjunto de habilidades actúa en varios niveles del intercambio verbal y se interrelacionan las unas con las otras durante todo el tiempo que dura la comunicación. Es claro que no se puede entender la expresión como un proceso lineal donde las habilidades se usan una tras otra, sino como un acto global en el que cada componente depende de los demás.

Dos aspectos que tienen gran importancia en la expresión oral y que no se citan en el esquema porque no pertenecen al terreno estrictamente lingüístico, son el control de la voz y de la comunicación no-verbal. El primero incluye lo que afecta a la calidad acústica de la producción: la impostación de la voz, el volumen, el tono, los matices y las inflexiones, etc. El segundo abarca desde cuestiones tan decisivas como la gesticulación hasta otros aspectos más escondidos como el espacio emisor-receptor o el movimiento del cuerpo (postura, inclinación, etc.). La incidencia de estos dos aspectos en la comunicación es evidente. El orador que habla con una voz clara y potente, que sube el volumen cuando hay algún ruido ambiental (el tráfico de la calle, alguien que entra en la sala, etc..) o que es capaz de remarcar el significado con matices y cambios de tono, evita cualquier interferencia acústica y hace sentir más cómoda a la audiencia. Del mismo modo, alguien que habla desde una distancia adecuada, que mira a los ojos o que acompaña la expresión con un gesto pausado, propone un diálogo más intenso y distendido que el interlocutor distraído que mira hacia todas partes indiscriminadamente, que no mueve ni un músculo (o que no para de moverse ni un segundo) e incluso el que llega a invadir el espacio personal de su interlocutor.

A partir del modelo anterior y de las diversas habilidades detectadas, se puede hacer la siguiente clasificación de microhabilidades, que establece los diversos objetivos de la expresión oral que se deben trabajar en el aula. La lista incorpora tanto las destrezas de la conversación como las de la exposición oral.


MICROHABILIDADES DE LA EXPRESIÓN ORAL

Planificar el discurso

  • Analizar la situación (rutina, estado del discurso, anticipación, etc.) para preparar la intervención.

  • Usar soportes escritos para preparar la intervención (sobre todo en discursos monogestionados: guiones, notas, apuntes, etc.)

  • Anticipar y preparar el tema (información, estructura, lenguaje, etc.)

  • Anticipar y preparar la interacción (momento, tono, estilo, etc.)

Conducir el discurso

  • Conducir el tema

    • Buscar temas adecuados para cada situación.

    • Iniciar o proponer un tema.

    • Desarrollar un tema.

    • Dar por terminada una conversación.

    • Conducir la conversación hacia un tema nuevo.

    • Desviar o eludir un tema de conversación.

    • Relacionar un tema nuevo con uno viejo.

    • Saber abrir o cerrar un discurso oral.

  • Conducir la interacción

    • Manifestar que se quiere intervenir (con gestos, sonidos o frases).

    • Escoger el momento adecuado para intervenir.

    • Utilizar eficazmente el turno de palabra:

    • aprovechar el tiempo para decir todo lo que se considere necesario;

    • ceñirse a las convenciones del tipo de discurso (tema, estructura, etc.)

    • marcar el inicio y el final del turno de palabra.

    • Reconocer cuando un interlocutor pide la palabra

    • Ceder el turno de palabra a un interlocutor en el momento adecuado.

Negociar el significado
  • Adaptar el grado de especificación del texto.
  • Evaluar la comprensión del interlocutor
  • Usar circunloquios para suplir vacíos en el texto.

Producir el texto

  • Facilitar la producción

    • Simplificar la estructura de la frase.

    • Eludir todas las palabras irrelevantes.

    • Usar expresiones y fórmulas de rutinas.

    • Usar muletillas, pausas y repeticiones.

  • Compensar la producción
    • Autocorregirse.
    • Precisar y pulir el significado de lo que se quiere decir.
    • Repetir y resumir las idea importantes.
    • Reformular lo que se ha dicho.
  • Corregir la producción.
    • Articular con claridad los sonidos del discurso.

    • Aplicar las reglas gramaticales de la lengua (normativa)

Aspectos no verbales

  • Controlar la voz: impostación, volumen, matices, tono.

  • Usar códigos no verbales adecuados: gestos y movimientos.

  • Controlar la mirada: dirigirla a los interlocutores.

Estas microhabilidades tienen incidencia diversa en el currículum según la edad y el nivel de los alumnos. Los más pequeños tienen necesidad de trabajar los aspectos más globales y relevantes de la expresión (negociación de significado, interacción, evaluación de la comprensión, etc.). Los alumnos más grandes ya pueden practicar los puntos más específicos (autocorrección, producción cuidada, preparación del discurso, etc.).

Formas básicas de la comunicación oral


A. La comunicación interpersonal.

Es la comunicación recíproca o de intercambio que se desarrolla entre dos personas, turnando el papel del hablante y del oyente en un continuo ir y venir de información. Las forma más comunes de la comunicación oral recíproca de tipo informal son la conversación y eldiálogo; y de comunicación oral recíproca de carácter formal es la entrevista.

  • Conversación: es un intercambio informal y espontáneo de cualquier momento o situación realizado entre dos o más personas de igual o distinto rango social o administrativo, con algún propósito específico, bien sea de trabajo, simple convivencia o de relaciones humanas, o de satisfacción de necesidades.

  • Diálogo: suele ser una conversación propiciada con un propósito específico y se distingue de las conversaciones por la necesidad de una nivelación entre los interlocutores, aunque éstos no sean de la misma jerarquía. Bien se ha dicho que el diálogo se da entre dos partes dispuestas a ceder y buscar un acercamiento.

  • Entrevista: constituye un intercambio de carácter formal, con objetivos y temas de alguna manera trazados de antemano, y entre personas de igual o diferente jerarquía. Los propósitos de una entrevista pueden ser impartir instrucciones, dar declaraciones, determinar problemas y promover soluciones, conocer una persona u obtener información. Con excepción de la entrevista periodística, que se ciñe a reglas específicas, una entrevista puede combinarse con el diálogo, con lo cual se obtiene un éxito mayor.

B. Géneros Informativos

El informe oral: es una exposición (individual o en grupo) destinada a presentar, de manera clara y pormenorizada, el resumen de hechos o actividades pasadas o presentes, y en algún caso, de hechos previsibles, partiendo de datos ya comprobados. Por su naturaleza, el informe es propio de los trabajos en grupo en la administración y en las diversas comisiones de estudio o de investigación.

Conferencia: se trata de una clase particular de exposición o discurso oral, caracterizado por sus propósitos (u objetivos) de aumentar los conocimientos y experiencias de interés. Las conferencias se anuncian con anticipación, señalando fecha, lugar, hora e invitados. El conferencista, a su vez, prepara su exposición tratando de despertar el interés hacia el tema y adecuando su tono y estilo al auditorio y a las circunstancias; antes de iniciar la disertación, se suele hacer una presentación del conferencista al público, por parte de alguien autorizado; esta presentación será breve y comedida, y en ella se hará referencia a la vida, obra y méritos del expositor.

C. El género oratorio

La oratoria o retórica es una disciplina tan antigua como las artes y la literatura. El buen orador ha sido líder y promotor de los pueblos a través de la historia. En la actualidad la destreza en la palabra sigue siendo la llave para los predicadores, los líderes políticos y muchos promotores comunitarios. Para toda persona culta, en cualquier posición que se encuentre, una buena dosis de capacidad de dirigirse a un público para convencerlo, es una herramienta poderosísima de éxito y progreso. La elocuencia o dotes de orador se fundamenta en el aprovechamiento de las cualidades que da la naturaleza, y en la formación que se adquiere por el estudio y la intensa práctica. El discurso como pieza oratoria es una exposición a la que se suman la intencionalidad y la aplicación de estrategias encaminadas a persuadir a un auditorio para que piense y sienta de determinada manera, para que adopte una posición específica o para que emprenda acciones particulares.

D. La comunicación oral en grupos

En la administración, en los negocios, en las actividades laborales y en la vida social se hace necesario participar en diversas reuniones, cuyo éxito depende en gran medida del manejo de las intervenciones orales y el desarrollo mismo de la dinámica grupal. Una reunión bien llevada puede aportar múltiples beneficios personales, a los grupos, a las instituciones y a la comunidad, que se favorece no sólo con una información ampliada y enriquecida, sino con las mejores reglas y decisiones en todos los campos de la actividad humana. De ahí la necesidad de desarrollar capacidades para dirigir cualquier reunión o discusión en grupo, o para participar en ella con eficacia y responsabilidad. La comunicación oral en grupo toma como base las mismas exigencias para cualquier comunicación, en los procesos de emisión y recepción, es decir, desde el punto de vista del hablante y del oyente.

Es común pensar y afirmar que para hablar la lengua materna no se necesita estudio o aprendizaje especial fuera del hecho de haber adquirido el lenguaje en la primera infancia. Por lo desarrollado en este apartado podemos inferir que sí se necesita la educación de la palabra y la expresión oral y, de sus logros y progresos depende, en gran parte, no sólo la superación personal, sino fundamentalmente la eficacia de la comunicación y el mantenimiento de las mejores relaciones con nuestros semejantes.

Tomado de

LA ORALIDAD
¿Se enseña a hablar y a escuchar en la escuela?

Prof. María Beatriz Torrent
http://www.sagrado.edu.ar/revista5/oralidad.htm#1.%20INTRODUCCI%C3%93N